BIENVENIDO/A

Espacio de relajación y reflexión, el diván tiene sus orígenes en la antigüedad al discurrir a largo de las paredes de las viviendas romanas más acomodadas y constituir en la arquitectura palaciega islámica una estancia privada común para el reposo y el deleite.

"El diván de Nur" viene a ser un lugar virtual para la catarsis que provocan enclaves, historias, vidas, ciudades, sitios y paisajes del mediterráneo.


Una mirada introspectiva, retrospectiva y exploratoria por al-Andalus, el Magreb y la diversidad cultural del Mare Nostrum de una historiadora en permanente búsqueda

jueves, 10 de noviembre de 2011

La visita de Habib Bourghiba a Córdoba en 1968.(II).



Córdoba. 28 de Mayo de 1968. Visita del Presidente de la República Tunecina Habib Bourghiba.


Tras acudir a Madinat al-zahra, la mezquita y la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, el líder tunecino inauguraba a las 12,30 del mediodía la Calle Cairuán con los sones de la Banda Municipal de Música. La inauguración concluía con la ofrenda de un ramo floral ante el monumento de Averroes.


Luego vendría el momento solemne en el que ambas ciudades quedarían hermanadas para siempre. Intercambiadas
palabras y discursos entre el Presidente y los alcaldes en el Alcázar de los Reyes Cristianos, se procedió a la imposición de la faja e insignia de concejal honorario al edil de la ciudad de Qayrawán. Después no sólo se firmaba el protocolo de hermanamiento entre ambas urbes sino que se celebraba una sesión de trabajo a fin de establecer propuestas de cooperación en materia cultural y científica.

El documento de dicha sesión conservado en el Archivo Municipal de Córdoba refería el impulso de programas de becas y estancias de agrónomos tunecinos, el fomento de eventos culturales, la posibilidad de intercambios de estudiantes y el acuerdo de dos curiosas propuestas. La donación del ayuntamiento de Qayrawán de un camello blanco al zoológico de Córdoba y el ofrecimiento de tres mil esquejes de rosales para que fueran plantados en la ciudad tunecina por un jardinero local
.


Desde entonces, (más de cuarenta años) ninguna acción de cooperación intermunicipal ha podido materializarse. Demasiada palabrería, declaración de intenciones y ninguna acción de peso.
Una placa junto a la estatua de Averroes donde Bourghiba depositó el ramo conmemoraba en el año 2009 dicho acto. Y a excecpión de la voluntad personal de la que escribe al promover una exposición sobre los
lazos que nos unen,  no ha habido interés o posibilidad de promover iniciativas de cooperación intermunicipal que en la primera década del siglo XXI bien hubieran podido financiarse dentro de programas euromediterráneos.



Fotografías. Archivo municipal de Córdoba. ©Artículo editado en Junio de 2011.Virginia Luque Gallegos. Todos los derechos reservados. Queda estrictamente prohibido reproducir los contenidos y las fotografías sin permiso previo de la autora.

“Furn”.Pinceladas sobre el horno público andalusí en las fuentes árabes.

Mozo morisco llevando el pan en el siglo XVI y furn actual en Fez.
En las medinas y arrabales andalusíes solía encontrarse el horno público o furn, فرن entendido como un elemento extradoméstico y comunal donde no sólo se cocía el pan sino otras comidas preelaboradas en las casas.
Calentado por haces de ramaje o matojos de monte bajo, era frecuente que originara humos que incluso llegaban las casas vecinas según se desprende de una referencia de al-Jušani
[1] cuando esta circunstancia dio lugar a un sonado juicio entre un hornero y su vecino de Córdoba, solucionado con la instalación de un tubo para su extracción.

Obra estable, disponía de una cámara abovedada, boca y tiro donde primeramente se hacía la combustión y la cocción.
El furn, frecuentado por el mozo de la tahona, también reunía a los niños encargados de mandados y otras mujeres del arrabal, principalmente criadas de segunda categoría, cuyo principal cometido consistía en ir a buscar agua y llevar y traer comida a este sitio.

Cada mañana nada más ser elaborada la masa cruda para el consumo familiar se entregaba al chico del horno cuyas piezas identificadas con una señal eran transportadas en una tabla con un trozo de tela que las cubría. Convenía no olvidar incluir una parte de la masa al hornero para su pago en especie.

Al-Kitab al-tabij
[2] describe la complejidad de algunos platos al necesitar labores de hervido y cocción en la casa y asado y dorado en dicho establecimiento deduciéndose que a pesar de concebirse como elemento extradoméstico, el horno solía estar muy cerca de las viviendas. Así, cuando era llevada cierta masa se recogía seguidamente para añadirse leche y ser nuevamente devuelta al establecimiento para su cocción.
De manera que las vericuetas calles y adarves entre las casas y el horno  eran lugares bulliciosos donde deambulaban continuamente burros, mulos, mujeres y niños con pan cubierto de mandiles y servilletas y ollas selladas con su propia masa (‘ayin) o papel húmedo antes de ser expuestas al fuego.
Una escena que todavía hoy puede contemplarse en las calles de Fez, Marrakech, Tetuán, y otras ciudades medianas y pequeñas del Magreb.[1] AL-JUSHANI, "Kitab al-qudat bi-Qurtuba[2] CHALMETA GENDRÓN, P. “El Kitab fi adab al-hisba” de al-saqati. Al-Andalus XXXIII 1968.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La aspersión. Honra, júbilo y distinción.

La aspersión la vemos presente desde los primeros tiempos del Islam bien como hábito higiénico, manifestación festiva u honra a los visitantes. De hecho cuando Mahoma recibió la palabra divina, pidió que le cubrieran con un manto y le esparcieran agua.
Ser rociado con aguas perfumadas en un banquete andalusí denotaba distinción.
Ibn Bassam describe como al-Ma’mun de Toledo con motivo de la fiesta de circuncisión de su nieto Yahya hizo pasar a los huéspedes a una habitación destinada al aseo. Una vez que éstos almorzaron, lavaron allí sus manos mientras derramaban sobre sus vestidos y cabezas aguas de rosas procedentes de botellas y frascos de cristal labrado.

Situación que volvió a repetirse dos siglos después con motivo de una recepción que el sultán nazarí Muhammad V dio en la Alhambra al inaugurarse dos nuevas salas.
La aspersión desenfrenada de aguas perfumadas evocaba y sigue connotando en el Magreb hoy júbilo y alborozo. Al término de las oraciones comunes celebradas en la musalla de Córdoba durante la noche de la ruptura del ayuno en ramadán y la de la fiesta de los sacrificios, una muchedumbre recorría la medina.Hombres y mujeres invadían las calles desprendiendo alegría al salpicar sus vestidos con agua de rosas o azahar, lanzando flores y frutos.

Este estallido desenfrenante llegaba a fines extremos en otras celebraciones festivas como "anshara" o "mahrayán" reminiscencia romana que coincide con la Noche de S. Juan cristiana y en la que conviven elementos opuestos como el agua y fuego. Con sentido mágico y profiláctico S. Juan absorbió ritos paganos de origen remoto que adquieren especial significado entre la noche y el amanecer.
En ese día el califa Abd al-rahman III organizaba en Córdoba carreras de caballos, las mujeres regaban sus casas, poniendo hojas de col y de verduras y las gentes del campo extendían sus vestidos al rocío antes de la oración, práctica reprendida nada bien vista por los alfaquíes.

El ambiente terminaba adueñándose de las calles y callejones resbaladizos y empapados, pululados por un gentío que a veces disfrazado y con ganas de divertirse compraba nuevamente isfany y almojábanas, símbolos festivo-hídricos.

martes, 8 de noviembre de 2011

Una desconocida elegía a Córdoba


Al-maqqari nos cuenta en obra "Naft al-tib", que al-Mazjumi, poeta itinerante que vivió en la época almorávide, estando un día en Toledo y recibiendo la visita de dos alumnos, refirió:
-¿De dónde venís?-preguntó
-De Córdoba, contestaron.
-¿Cuándo la habeis visitado por última vez?, insistió.
-Ahora mismo llegamos de allí, le dijeron.
-¡Acercaos, acercaos a mi!, para aspirar y olisquear la brisa de Córdoba de vuestras cabezas.
Hecho ésto, las besó y dijo:

¡Bella Córdoba! ¿Volveré a verte?
¿Estará ese momento cerca para mi?
¡Que una nube blanca riegue mi barrio a poniente
y que el trueno resuene en tus plazuelas arboladas!
Tus noches son albas, tu tierra un vergel
y en la inhalación de tu polvo hay ámbar y rosas