BIENVENIDO/A

Espacio de relajación y reflexión, el diván tiene sus orígenes en la antigüedad al discurrir a largo de las paredes de las viviendas romanas más acomodadas y constituir en la arquitectura palaciega islámica una estancia privada común para el reposo y el deleite.

"El diván de Nur" viene a ser un lugar virtual para la catarsis que provocan enclaves, historias, vidas, ciudades, sitios y paisajes del mediterráneo.


Una mirada introspectiva, retrospectiva y exploratoria por al-Andalus, el Magreb y la diversidad cultural del Mare Nostrum de una historiadora en permanente búsqueda

jueves, 21 de febrero de 2013

Fez y Qayrawán, centros de peregrinación y espiritualidad.


Fez y Qayrawán son consideradas ciudades sagradas en el Magreb y en el mundo islámico no sólo por el significado de sus mezquitas aljamas sino por la presencia de dos personajes cuyos santuarios gozan de gran veneración.

La palabra madrasa, también conocida por medersa o madraza, deriva del árabe madrasa, (مَدْرَسَة) considerándose lugar donde se imparte enseñanza de carácter religioso.  No parece que existiera en los primeros tiempos del islam y probablemente fueron los selyuquíes quienes construyeron las primeras en Persia a principios del siglo XI, si bien en Turquía adquirieron carácter multifuncional al disponer de un área de enseñanza médica, un maristán, espacios asistenciales y un mausoleo.


La difusión del sufismo en los siglos XII-III dio sentido a algunas zawiyas entendiéndose como casas donde un grupo de discípulos se reunían en torno a un maestro o (shayj) estando equipadas para la celebración de reuniones, oración, estudio y vida comunitaria.


Así, las zawiyas no son sino lugares sagrados donde yace un santón, un maestro o un personaje relacionado con el profeta, al que se le rinde culto y donde en el entorno de su tumba puede edificarse un espacio de enseñanza a modo de madrasa, con espacios de retiro, oración y de estudio. De hecho, en el Magreb, los mausoleos llegan a  convertirse en centros de peregrinación y congregación de fieles (como ocurre en Qayrawán y Fez) de todo el país, donde la veneración roza prácticas de religiosidad popular.


Los principales caminos que parten de la principal puerta de la medina de Fez,  Bab al-Boujloud, conducen no sólo a la mezquita aljama Qarawiyín sino a otro espacio de veneración: el Mausoleo-zawiya de Moulay Idris.


Moulay Idris no es sino Idris II, fundador de la ciudad y considerado una especie de patrón en Marruecos. Su tumba forma parte de una mezquita, el primer oratorio donde se celebró la primera oración del viernes. Hasta el siglo XIV mantuvo su planta original y durante unas obras de reconstrucción se hallaron las reliquias. Habría que esperar tres siglos después para que dicho espacio sufriera transformaciones más significativas.


El sultán Mulay Ismail, alzó el sepulcro del santo en un baldaquín de madera y damasquinado de cobre y oro, rodeado por numerosas columnas de mármol. También cubrió el espacio sagrado con remate piramidal verde, añadió una espléndida fuente en el patio y levantó su característico alminar, el más alto de la medina. En el año 1824, Mulay Abd al-Rahman, fundó una nueva mezquita en una casa anexa que concentra toda la variedad decorativa del conjunto.


Mausoleo-zawiya de Moulay Idris. Fez.Marruecos

El resto de las zawiyas de Fez, aproximadamente una docena, se relacionan con santones místicos, cuya doctrina en ocasiones sigue estando viva como el caso de la tariqa tijanija que recibe el nombre de su fundador Sidi Ahmed Tijani, muerto en 1815 y enterrado en Fez.

A pesar de que los espacios de enterramiento colectivo se ubicaban a extramuros, es frecuente que algunas medinas magrebíes salpiquen sus manzanas con zawiyas y mausoleos.

Algunas zawiyas suelen disponer de espacio de oración, un patio o una habitación para un portero/a-cuidador/a. Las más simples, de planta cuadrangular y cúpula que alojan el catafalco del santón, pueden confundirse con mausoleos. 
En Qayrawán, considerada la cuarta ciudad santa del Islam después de La Meca, Jerusalén y Medina, perviven una cincuentena de ellas. La Zawiya-madrasa de Abu Zama’a al-Balawi, un compañero del profeta Mahoma confiere a Qayrawán su prototípica espiritualidad al decirse que portaba una reliquia del mismo.

Los orígenes de la tumba se remontan al año 654, fecha del fallecimiento de Abu Zama’a a causa de una expedición militar contra el ejército bizantino. Patrón de la ciudad, su tumba recibe visitas de todo el país. De hecho puede presumir de haber sido durante siglos punto de encuentro en la peregrinación hacia la Meca.

Dicho mausoleo se llena especialmente de vida durante el “mawlud”, o fiesta del nacimiento del profeta en cuya semana se entonan a coro cantos religiosos y las mujeres ofrecen “‘asida”, una especie de papilla de sémola en honor a la que los árabes comían en los primeros tiempos del islam. Dichos días resultan propicios para celebrar la fiesta de la circuncisión y la ceremonia de los contratos matrimoniales. LLama la atención la acumulación de alfombras amontonadas en las proximidades del catafalco. No son sino las primeras alfombras de oración que utilizan las niñas que luego las llevan allí como ofrenda para que el santo las proteja.


Zawiya-madrasa de Abu Zama’a al-Balawi. Qayrawán.Túnez

En el siglo XV la zawiya fue un mausoleo cupulado al que se le rodeó una muralla. Pero no será hasta al siglo XVII cuando se le añada la madrasa, el alminar y el resto de las dependencias. Dos hermanos arquitectos de origen andalusí llamados Ahmed y Mustafa  concedieron al conjunto una peculiar impronta hispanomorisca a la que se luego se añadieron ciertas influencias turcas, bizantinas y locales.

La puerta principal da paso a un gran patio porticado en cuyo ángulo izquierdo, un almacén guarda los bienes hábices del santo. Anexa a esta dependencia está la madrasa, una sala de oración alargada con mihrab cupulado y dos naves a la que dan dos patios y las celdas de los estudiantes. La parte reservada al culto consta de otro patio porticado y la cámara funeraria está cubierta con cúpula sobre trompas y linternón.


A pesar de que este monumento está declarado patrimonio mundial por la UNESCO, grupos salafistas lanzaron amenazas contra el mismo a principios de 2013.

Ciudadanos de Qayrawán y miembros del ejército han estando velando día y noche  por su salvaguarda, dando al mundo un ejemplo de que más allá de normas y leyes de tutela, los escudos humanos se convierten en verdaderos protectores de uno de sus símbolos patrimoniales e identitarios más preciados.